El corrido urbano y la mundialización de la cultura mexicana

 

El corrido urbano y la mundialización de la cultura mexicana

Luis Omar Montoya Arias

l_montoyaavb6@seg-gto.gob.mx

En mayo de 1948, apenas finalizada la Segunda Guerra Mundial, diarios de circulación mundial, daban cuenta de un proyecto musical encabezado por la BBC de Londres. Se trató de Música del Pueblo, serie en la que, mediante cinco diferentes programas de 28 minutos de duración, se ofreció una panorámica de la riqueza musical. El continente americano fue representado por México, Brasil y Argentina. Los programas se distribuyeron en radiodifusoras de 60 diferentes países, entre los que figuraron: Ceilán, Egipto, Islandia, Rumania y Finlandia (“Canciones mexicanas distribuidas desde Londres, a todo el mundo”, en Guanajuato. Diario del Bajío, jueves 6 de mayo, 1948).

La Revolución de 1910 globalizó a la cultura mexicana. La mexicana, fue la primera revolución del siglo XX, luego vinieron la rusa [1917], la china [1949] y la cubana [1959]. La Revolución de 1910 brindó legitimidad al pueblo mexicano: viralizó su arte, su cultura, su historia. “Para los latinoamericanos, México fue un prisma, un laboratorio, una realidad deseable” (Melgar, Ricardo, “Prácticas político-culturales e imágenes latinoamericanas de la Revolución mexicana”, en Revista Regiones, año 7, número 43, Colectivo Antropólogos en Fuga y Compañía, México, octubre-diciembre del 2010, p.5).  Intelectuales de distintos países latinoamericanos, escribieron libros acerca de la revolución mexicana, como Oscar Tenorio, brasileño, autor de “México revolucionario: pequeños comentarios sobre la revolución mexicana y sus consecuencias”, en 1928. Víctor Raúl Haya de la Torre, peruano, es el autor de los textos: “Por la emancipación de América Latina” [1927] y “El antimperialismo y el APRA” [1928]. José Carlos Mariátegui, promovió los principios enarbolados por la revolución mexicana; el boliviano, Tristán Marof, escribió, “México. De frente y de perfil” en 1934, y Esteban Pavletich, poeta y secretario de Augusto César Sandino, fue autor de “Mensaje a México” [1934] (Ibid, p.6).

Durante la década de 1920, los latinoamericanos se resguardaban en México porque “era donde vivían los hombres libres”. En la nación azteca existía una visión panorámica del continente y la revolución mexicana era el ejemplo para los pueblos oprimidos (Topasso, Hernán, “Tristán Marof en México”, en Revista Regiones, año 7, número 43, Colectivo Antropólogos en Fuga y Compañía, México, octubre-diciembre del 2010, p.16). En Guatemala, por ejemplo, periódicos progresistas expresaron admiración hacia México por el impulso educativo, el nacionalismo, la dignificación a las letras y las artes que significó la Revolución de 1910. El Imparcial de la capital chapina, divulgó lo mexicano, con el propósito de generar un acercamiento. El diario centroamericano, promovió la historia de mexicanos destacados (Taracena, Arturo, “Vasconcelos y sus agentes en la recepción guatemalteca de la Revolución mexicana”, en Revista Regiones, año 7, número 43, Colectivo Antropólogos en Fuga y Compañía, México, octubre-diciembre del 2010, p.30).

Sirvan los antecedentes históricos para argumentar que la cultura mexicana ha sido poderosa y global, de toda la vida. La vigencia de la música mexicana es atemporal.

¿Qué es el corrido urbano?

El corrido urbano, también definido como corrido tumbado, es una variante dentro de una macro tradición musical que, durante la Revolución mexicana de 1910, afianzó su función social. El corrido mexicano es de naturaleza dinámica y con variantes regionales. Una de las características históricas del corrido mexicano es su sentido de politización. Sin ser una regla, aunque sí una constante, el corrido de las últimas dos décadas, ya no es un espacio de cuestionamiento y crítica social.

Hoy el corrido sirve para embrutecer y cegar al espíritu. El nuevo corrido mexicano es, en sí mismo, una droga. El corrido mexicano del siglo XXI, debe entenderse como una droga de consumo masivo. No evadamos la discusión ética del fenómeno.

Corrido urbano, corrido tumbado y corrido bélico, son categorías de mercado. Lo mismo ocurrió durante el sexenio de Felipe Calderón con el Movimiento Alterado y con los corridos progresivos; los primeros creados por los cuates Valenzuela y los segundos por Ángel del Villar. El nombre preciso para definir a los corridos que se escuchan en tiempo presente [2023] es el de corridos urbanos. ¿Por qué? Porque retoman elementos musicales y culturales [performance] del trap, del rap, del hip-hop y del reguetón. El corrido urbano es una hibridación cultural continental.

Corridos tumbados se desprende del álbum que en el 2019 editó Natanael Cano. Igual que a finales de la década de 1980, cuando Los Tigres del Norte pusieron en circulación su disco, Corridos Prohibidos, hoy las industrias culturales aprovechan el título de una producción discográfica para bautizar a un subgénero musical.

El corrido es de naturaleza literaria y musical. En el espacio público, casi siempre, la discusión se centra en lo literario y se olvida de lo musical. Y es que la música, igual que las matemáticas, resulta inentendible para la mayoría de nosotros.  

Tomemos como ejemplo, la reciente presentación de Peso Pluma en el programa de Jimmy Fallon [abril del 2023]. El intérprete aparece con seis ejecutantes o músicos: dos charchetas, un trombón, un tololoche, una guitarra y un requinto. Es decir, una sección de metales y una sección de cuerdas. Las charchetas y el tololoche hacen la armonía, mientras que el requinto cumple con la melodía. El corrido urbano prescinde del acordeón, circunstancia socio musical que representa un cambio al interior del mundo del corrido, desde un enfoque etnomusicológico.

En el corrido urbano, el acordeón no existe. Es el requinto quien hace los puentes musicales. Tengamos claro que esta forma de instrumentación no es tan novedosa en el mundo del corrido. Pensemos en Julio Chaidez allá por el 2005: él ya usaba charchetas y tololoche, junto al acordeón. En sentido estricto, el gran aporte del corrido urbano, desde la instrumentación, es la sustitución del acordeón por el requinto. A su vez, el requinto es retomado de la tradición de la música campirana de Angostura, Sinaloa, cuyo máximo referente histórico es el dueto, Miguel y Miguel.

Aunque la alineación instrumental que usa el corrido urbano es cercana al norteño-banda y al bandeño, la forma de ejecutar, asimilar y crear la música, es muy diferente. Son instrumentos muy conocidos en el Pacífico mexicano, pero la manera en que son desarrollados por el corrido urbano, es única. Es otra sensibilidad. Los instrumentos pueden ser los mismos, pero la interiorización del arte siempre cambia.

Hoy Peso Pluma y Eslabón Armado, ocupan el puesto número 1 en consumo musical, a nivel global. Hoy impera la fragmentación de la música. Hoy las formas de medir el consumo musical son diferentes. Hoy Spotify valida al producto. La música se mueve en nódulos digitales y plataformas de streaming. Hoy las disqueras y sus estrategias de antaño son obsoletas. Hoy los artistas no necesitan grabar un elepé. Ahora se graban temas sueltos y cada uno de ellos funciona como sencillo. La música ha cambiado, su producción, distribución y consumo, también.

No tengo duda que detrás del corrido urbano, hay dinero del narcotráfico, pero, independientemente de esta realidad financiera, tenemos que responder a las siguientes preguntas: ¿Qué nos dice de las sociedades que producen y consumen esta música urbana?, ¿Por qué habiendo tanta música mexicana, es justo el corrido urbano quien destrona al reguetón caribeño? Y no respondan desde la simpleza y el resentimiento que caracteriza a la familia Aguilar. La ecuación no es tan simple.

Podemos gustar o no de la música de Junior H, Natanael Cano, Peso Pluma y Fuerza Regida, lo cierto es que engloban un fenómeno socio musical que debe ser abordado y estudiado. El corrido urbano y su éxito, demuestran que la cultura mexicana sigue vigente y reinante en el mundo. Los puristas dirán que no son Pedro Infante ni Jorge Negrete, pero vamos, los tiempos cambian, los gustos y el consumo cultural, también. Lo importante es la hegemonía global de la música mexicana. Siglos van y siglos vienen, y la música mexicana sigue marcando la pauta.

El estilo que hoy conocemos como corrido urbano surge en el 2018 con el álbum que Fuerza Regida grabó en vivo, pero éste se categoriza en el 2019 con el trabajo musical de Natanael Cano. Significa que, en un periodo de cinco años y medio, el corrido urbano llegó a la cúspide del éxito mundial. La música mexicana vuelve a estar de moda. El beneficio económico será para toda la industria cultural mexicana.

En un siguiente escrito me gustaría hablar sobre Luis R. Conriquez y los corridos bélicos. De momento sólo los invito a que escuchen el más reciente corrido del nacido en Sonora: La tamalera. El nuevo tema de Conriquez gira sobre el remordimiento, la culpa, el buen ejemplo, la indecencia y el hijo desobediente. Es un corrido de principio a fin…un corrido de la vieja escuela, acompañado por banda.




Comentarios